miércoles, 19 de junio de 2013

Opinión personal (Posturas de Hobbes y Rousseau)

Personalmente, estoy más de acuerdo con la postura y las ideas de Hobbes que con las que expone Rousseau. Creo que el instinto de supervivencia es lo que mueve a las personas. En la actualidad, por ejemplo, una persona que no tiene dinero para alimentar a su familia es capaz de robar para que puedan comer. También, alguien que ha perdido su casa, no se conforma con dormir en la calle con lo puesto: busca mantas o cartones para cobijarse del frío, busca cualquier lugar abandonado para estar más protegido, o bien, si tiene algún familiar cercano, su primer instinto será llamarlo para no quedarse en la calle.
Sin embargo, esto no quiere decir que esté en total desacuerdo con lo que nos dice Rousseau. Todo lo contrario, ya que mi opinión anterior viene condicionada por lo que voy a decir a continuación. Rousseau expone que las personas son buenas, pero que es la propiedad privada la que las corrompe, algo con lo que estoy verdaderamente de acuerdo. Pero claro, me es imposible pensar que en una sociedad como la que tenemos actualmente, pudiese mantenerse sin la propiedad privada, ya que nos hemos acostumbrado a que cada persona tenga sus pertenencias sin que ninguna otra pueda llegar y apropiarse de ellas.
Las soluciones que exponen ambos me parecen bastante inútiles:
En primer lugar, para Hobbes un monarca absoluto al que sus iguales le cederían el poder sería la solución a ese estado de guerra. Sin embargo, para mí personalmente, sería un breve periodo de tranquilidad, ya que, si el monarca absoluto impone una ley la cual no agrada a un determinado grupo de personas, la acatarían temporalmente pero al final se acabarían revelándo contra él, sustituyéndolo por otro, y así sucesivamente.
En segundo lugar, la aparición del Estado sería un mal menor para evitar ese estado de guerra, según Rousseau. Creo que esta sensación de desacuerdo la comparten conmigo muchas personas actualmente, ya que no hay más que verlo. La aparición de un estado supone que ese estado represente al pueblo, no que lo sustituya como ha ocurrido siempre y como sigue ocurriendo. El fallo de Rousseau fue pensar que el estado representaría al pueblo en vez de decidir por él, y si las personas conocen el comentido del gobierno y conocen también que no lo está cumpliendo, volvería de nuevo ese estado de guerra. Es por eso por lo que esta medida me parece también de poca utilidad.

En conclusión, pienso que ambos tienen razón en algunas de las ideas que expusieron, pero lamentablemente, ninguna de las soluciones que aportaron para remediar ese estado de guerra me ha parecido la más adecuada.

jueves, 6 de junio de 2013

Cosas que nos hacen llorar.

La verdad es que este artículo me ha hecho pensar en la forma de actuar de las personas cuando lloran. En mi opinión, están las personas que no se paran a pensar por qué están llorando en realidad, y por otra parte, las personas que cuando lloran se ponen a pensar en aquello que les ha provocado esa situación. En mi caso, por ejemplo, muchas de las veces en las que he llorado no me he parado a pensar por qué lo hacía; pero otras muchas sí que me he parado a hacerlo, y eso es lo que me ha ayudado a recordar en algunas de las cosas que me hacen, o me hicieron, llorar.

Por ejemplo, recibir un regalo que no te esperabas de parte de alguien importante para ti; ver como dos personas que llevan mucho tiempo sin verse se reencuentran y lloran de alegría, acabar de buena forma una pelea que pensabas que no tendría arreglo, o el simple hecho de ver una fotografía de cuando eres pequeño, y toda tu familia está contigo, son algunas de las cosas que me hacen llorar de alegría. Pienso  que los buenos momentos, como algunos de los que he dicho antes, son los que nos hacen realmente llorar de alegría.

Pero por otra parte, también están las cosas que nos hacen llorar, llorar de tristeza. El fallecimiento de alguna persona cercana, los momentos en los que piensas que has hecho algo malo que no tiene arreglo, echar de menos a alguien, o tener una pelea con alguien que es importante para ti, entre otras, son algunas de las cosas que me hacen llorar de tristeza.

Creo que cuando lloramos de alegría es mejor disfrutar de ese momento, que ponerse a buscar cada uno de los motivos. Qué más da por qué lo hagamos, lo importante realmente es que lo hacemos. Como dice el refrán, la ignorancia hace la felicidad.
Para acabar, diré que el tema de este artículo me ha parecido muy interesante. Además, creo sinceramente, que escribir este artículo me ha dado más de lo que me ha quitado, ya que no todos los días se pone uno a pensar en lo que le provoca o no llorar. ¡Espero que os guste tanto leer el artículo como a mi escribirlo!