domingo, 24 de febrero de 2013

Encontrarse con unos amigos al cabo de muchos años.

Lo que esta experiencia nos propone, tal como nos da a entender el título, es volver a ver a algunos amigos que hace mucho tiempo que no vemos. En el libro del cual he elegido este tema, nos resume lo que significa esta experiencia en las distintas etapas de la vida. Para los niños de corta edad, volver a ver a un amigo después de mucho tiempo no supone gran cosa, ya que apenas reconocen a sus amigos. Para los adolescentes, supone una situación divertida y molesta, ya que reconocen a sus amigos en cuerpos más desarrollados. Y por último, para los adultos supone una situación más incómoda, dada la incertidumbre de reconocer o no a los antiguos amigos.
Desde mi punto de vista (dado que lo he vivido en primera persona), estoy totalmente de acuerdo con lo que el libro expone sobre esta experiencia. Lo que experimenté cuando vi a mis amigos después de siete años sin verlos me supuso una mezcla de alegría e incomodidad, ya que aunque todos nos alegrábamos de vernos, nos resultó un momento extraño. Al volver a verlos a todos de golpe, me resultó complicado reconocer a cada uno, dado que todos estaban muy cambiados después de tanto tiempo. Cuando reconocí y saludé a todos, llegó la parte incómoda. La mayoría del tiempo se basó en preguntas: "¿qué tal todo?, ¿cómo te va?, ¿tienes novia?, ¿por qué te fuiste de Sevilla?, "¿vas a volver"... Preguntas a las que respondí con cierta incomodidad, y con instantes de silencio, ya que me sentía intimidado ante las miradas de mis amigos. Después de un buen rato con ellos, y después de recordar y contar un poco por encima lo que nos había pasado en esos siete años, llegó nuestro momento de despedirnos. Aunque no fue una despedida muy emotiva (simplemente un par de besos, y unos cuantos saludos con la mano), ¿qué más puede pedirse después de siete largos años?
Para acabar este artículo, terminaré diciendo que fue una experiencia muy buena en mi opinión, y la cual invito a la gente a probarla. ¡Un saludo!

jueves, 14 de febrero de 2013

El Sistema Educativo.

La finalidad de este artículo es expresar, en mi opinión, los elementos del sistema educativo actual que no funcionan, los aspectos de la personalidad que se van construyendo durante nuestra estancia en el periodo educativo y mi experiencia durante el paso de Secundaria a Bachillerato. Dado que nuestro sistema educativo no es propio de nuestro país, ya que está inspirado en el sistema de otros países, hay muchos aspectos que son innecesarios, o que no están orientados correctamente al desarrollo de una carrera. Desde mi punto de vista, la especialización en un área concreta (Bachillerato de ciencias o de letras) tiene un inicio demasiado tardío. Se inicia en tercero de Secundaria, cuando realmente debería empezar desde el primer curso. Así, de este modo, los alumnos irían mucho más preparados y orientados a la carrera que les gustaría estudiar. Además de este detalle, el sistema también tiene muchas asignaturas poco útiles en varios campos. En este caso, hablaré del Bachillerato de ciencias, en el cual me encuentro. En este bachillerato, asignaturas como Literatura o Ciencias para el Mundo Contemporáneo resultan inútiles, ya que a una persona que va a acceder a una carrera centrada básicamente en la tecnología o la biología, estudiar este tipo de asignaturas no les merece la pena.
Pasando al segundo tema de este artículo, pienso que nos venden la educación como un sistema ideal en el cual los alumnos desarrollan aspectos como el compañerismo,  la solidaridad, la amistad o la bondad. Sin embargo es todo lo contrario, ya que durante este periodo, la gente de nuestro alrededor nos incita de manera indirecta a ser competitivos, ya que nos dicen que tenemos que ser mejores que los demás. Como consecuencia a esta incitación, los niños se centran en pensar sólo en sí mismos y en lo que es bueno para ellos, de tal manera que los demás chicos son solo competidores que luchan por el primer puesto.
Por último, expondré lo que supuso para mí el paso de Secundaria a Bachillerato. Secundaria era un periodo académico mucho más relajado, en el cual se centraba más en hacer ejercicios en casa y en tener, más o menos, pocos exámenes  Sin embargo, Bachillerato supone un mayor esfuerzo, ya que no se basa sólo en realizar el doble de tareas en casa, sino que también consiste en estudiar el doble, día a día, para cada examen. Mi inicio en bachillerato fue bastante relajado: poca tarea, pocos exámenes y por lo tanto, poco (o nada) de agobio. Pero conforme iba pasando el tiempo, la cosa cambió, y esto supuso un cambio en mi actitud y en mi estado de ánimo, ya que al tener tantas cosas que hacer y en tan poco tiempo, y al no tener casi tiempo libre para emplearlo en mí, me provocó un agobio bastante intenso y un pesimismo bastante elevado, no sólo centrado en los exámenes, sino también centrado en mi vida normal.
¡Espero que os haya gustado este artículo, y que las cosas que he dicho sobre nuestro sistema educativo actual os parezcan razonables!


Recetas para el sistema educativo:
-Clases menos rutinarias (como por ejemplo, clases en las que se pongan películas, se hagan juegos, etc...).
-Explicaciones de los profesores más dinámicas (en las cuales no sólo el profesor habla durante todo el rato, sino en las cuales también participa la clase ).
-Relaciones más estrechas con el profesorado, ya que así a los alumnos les costaría menos preguntar sus dudas.